
La designación de Mario Delgado Carillo como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) responde a un pago de favores y es cuestionable porque carece de conocimiento de teorías educativas o pedagogía, comentó el educador Wílbert José Domínguez Uribe, doctor en Educación por la Universidad de Barcelona.
“Pareciera que se sigue la misma línea de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de buenas intenciones, pero poco dominio del área de trabajo”, señaló el entrevistado, quien es egresado de la Facultad de Educación de la Uady y es maestro en Ciencias de la Educación por Anáhuac Mayab.
“Él mueve parte de la campaña de Claudia Sheinbaum y ha sido un premio político”, precisó. “En México existe mayores personalidades para ocupar el cargo de tal magnitud como es la SEP. Está Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, y otros rectores importantes de universidades públicas del país que, con ese conocimiento profundo de la educación y procesos educativos, pueden dar una mejor función en la SEP”, añadió.
Según el Diario Oficial de la Federación (DOF), para el cargo de secretario de educación se pide un perfil académico de licenciatura y profesionales de las siguientes disciplinas como administración, economía, ingeniería, educación y psicología. “En cuanto a la experiencia, se piden seis años en economía sectorial, teoría y métodos educativos y organización y planeación de la educación”, mencionó.
“Siendo Mario Delgado licenciado y maestro en Economía, desconozco cuáles son sus credenciales. Sé que fue secretario de Educación del entonces Distrito Federal, siempre en el sexenio de Marcelo Ebrard, de 2010 a 2012”, recordó.
A partir del 1 de octubre, Delgado Carrillo, como parte de sus funciones, propondrá normas pedagógicas, evaluar y proponer contenidos, planes y programas de estudio, así como para el mismo personal que labora en la SEP, materiales didácticos e instrumentos de evaluación de aprendizaje.
Del próximo secretario de educación, comentó, se espera que ejerza un control de los recursos de la dependencia. “No sé qué tanto cumplirá con la parte académica, pedagógica y acompañamiento hacia profesores”, comentó.
“Tengamos en cuenta que será el reflejo de la educación de este sexenio. ¿Qué esperamos en educación de alguien que ha sido más político, más encaminado al proselitismo y de su propio partido que de la educación misma?”, señaló.
“Sin embargo, recordemos que muy pocos pedagogos y educadores han sido secretarios de Educación Pública. Incluso, en los mismos estados. Por tradición, o son ingenieros o son administradores.
“Desconozco por qué se toman estas decisiones, pero podría ser por la frialdad que se requiere en este tipo de cargos. El docente tiene un sentido humanista, demasiado apapachador para tomar decisiones difíciles dentro del contexto de la educación”, consideró.
A veces, mencionó, se requiere una persona con experiencia en administración más que en la docencia. “Cabría una persona con la experiencia y formación pedagógica, pero también el liderazgo y la fortaleza en educación”, dijo.
El titular de la SEP tiene que tener conocimientos administrativos para incluso otorgar o retirar registros de validez oficial de estudios, verificar normas pedagógicas en los contenidos de planes y programas, organizar, supervisar y evaluar todos los programas y mecanismos que se desarrollen a nivel central en la SEP, que a su vez debe permearse a las secretarias de educación de los diferentes estados, enlistó.