




Con orgullo y talento, la maestra bordadora Fidelia Ek Góngora, originaria de Tipikal, comisaría de Maní, continúa llevando el arte textil yucateco a escenarios internacionales, con el respaldo del Gobierno del Renacimiento Maya.
En el marco del Día Mundial del Bordado, Fidelia visitó las instalaciones del Instituto Yucateco de Emprendedores (IYEM), donde compartió su historia, visión y algunas de sus creaciones con el director general Salvador Vitelli Macías.
Durante el encuentro, Vitelli Macías reconoció el valor de su trabajo y destacó que, por instrucción del Gobernador Joaquín Díaz Mena, se impulsa el bordado y el desarrollo artesanal como una vía para abrir nuevas oportunidades y visibilizar el talento ancestral de las y los artesanos yucatecos.
“Es un honor contar con tu presencia en este día tan significativo, ya que eres una de las bordadoras más destacadas del estado. Estamos muy contentos de recibirte en el IYEM”, expresó el funcionario.
Fidelia compartió la emoción que le genera contar con un día que reconozca la labor de las bordadoras, quienes por años han trabajado sin el debido reconocimiento. Subrayó que esta fecha representa una oportunidad para seguir transmitiendo su conocimiento a nuevas generaciones.
Contó que su vocación nació de una promesa hecha a su abuela: honrar su legado a través de cada una de las diez puntadas tradicionales que domina y enseña, entre ellas la emblemática puntada Xmanikté, considerada una joya del bordado yucateco.
Entre sus logros, sobresale su participación en el Vancouver Fashion Week (VFW), uno de los foros de moda más importantes del mundo, donde ha logrado posicionar el trabajo de las bordadoras de Tipikal ante una audiencia global.
Actualmente, su colectivo prepara una nueva colección que será enviada a la Semana de la Moda de Nueva York (NYFW), plataforma de alto nivel donde convergen diseñadores emergentes y consolidados de todo el mundo.
Durante su visita al IYEM, Fidelia hizo un llamado a valorar el trabajo artesanal adquiriendo las piezas directamente con las artesanas. “Solo ellas saben el verdadero valor de lo que crean. Así se reconoce, se apoya y se dignifica su labor”, concluyó.

